miércoles, 26 de agosto de 2009

Es él quien habla.

Quise acercarme demasiado, quizás por curiosidad o por algo parecido, quizás solo para notar que sentía. Fueron pasando días maravillosos y ¡mierda! ya me era imposible salir de lo que empezó siendo un estúpido entretenimiento, un simple juego inofensivo. De repente me aterroricé, quise volver atrás, pero era absurdo, todo había cambiado. ¿Era yo? ¿Era mi manera de pensar la que había cambiado? Miles de preguntas pasaron por mi cabeza en ese mismo instante. Yo intentaba quedarme quieta, pasando un poco desapercibida, intentaba olvidar aquella situación que me incitaba a seguir. Pensé que de ese modo, solo de ese modo podría cambiar lo que sentía. Siempre negué lo evidente, y posiblemente lo sigo negando. Ahora reconozco que he llegado a tener respeto, por no decir miedo, a situaciones o decisiones que eran sencillas, y se que la he cagado en muchas ocasiones, pero, ¿no somos humanos?, lo que importa es darse cuenta y no dejarlo pasar, acabar con todas tus dudas e intentarlo por una tiempo. Ahora no puedo hacer como si nada, tengo que tomar decisiones y actuar de una puta vez.


M. Cruz Lozano

3 comentarios:

  1. Y ves cómo en el juego, también se ha de aprender a perder, porque al fin y al cabo, un jugador, se acaba cansando de perder.

    ResponderEliminar
  2. .. y siguinedo con las filosofías de Agnès me gustaría recordarte que el jugador tambien forma parte del juego.

    ResponderEliminar
  3. { y se que la he cagado en muchas ocasiones, pero, ¿no somos humanos?, lo que importa es darse cuenta y no dejarlo pasar)
    pero hay gente que no se da cuenta de sus propios errores y los intenta arreglar cn mentiras y mas mentiras, y no se da cuenta de q asi empeora las cosas, cobarde, egoista.
    MARIA TASTIMUMOL!
    Andrea

    ResponderEliminar